La crisis del Coronovarirus está evidenciando la precariedad de un sector que históricamente se ha destacado por tener unas condiciones de trabajo nefastas, contratos parciales y temporales, adaptándose a las crisis y reformas, como se adaptan los virus. Las empresas empezaron la crisis diciendo, de la noche a la mañana, que eramos imprescindibles. Pero poco fueron mutando. Sucede que al comenzar la semana del 22 de marzo ya hay decenas de miles de contagiados y 2000 muertos, y la semana anterior las principales empresas del sector nos han seguido exigiendo que nos jugasemos la vida yendo a trabajar.
Desde CGT llevamos desde el primer día exigiendo la paralización inmediata de toda la actividad productiva de los Call Center que no sea esencial para luchar contra la pandemia. Las empresas de telemarketing han tardado muchos días en reaccionar, y mientras tanto han arriesgado la salud de miles de personas.
En Madrid, con diagnósticos en casi todos los centros, ya estamos logrando, (siendo inflexibles, denunciando a la inspección, a los medios de comunicación, a sanidad y hasta la policía), que una buena parte de las empresas del sector hayan instaurado el teletrabajo. Faltan empresas, pero no vamos a parar. Y en el resto del estado, esperemos que estas medidas se tomen de inmediato sin que haya diagnósticos, ya que la única medida para la salud que asegura una protección absoluta es quedarse en casa.
El gobierno debería haber garantizado que, en sectores como este, mientras se instaura el teletrabajo, todas las personas deberíamos haber permanecido en casa con permisos retribuidos, prohibiendo los despidos del COVID-19 y otras medidas fraudulentas como las vacaciones forzosas (ilegales), las excedencias, los permisos no retribuidos, las reducciones de jornada o la flexibilización laboral que no han resuelto nada, y que han cargado esta crisis sobre las plantillas de telemarketing, quien menos culpa tienen.
La lucha continua, dado que las empresas de telemarketing, la mayor parte multinacionales, llevan días con sus grandes bufetes de abogados preparando ERTES, para que los bolsillos de sus dueños se queden llenos, mientras se vacían los de las plantillas. Al finalizar la semana nos anunciaban los primeros ERTES en las empresas Ilunion, Teyame, Madison, V3, Digitel y Konecta. Otras empresas, como GSS y Unisono, han puesto en la calle a muchísimas personas con contrato a través de empresas de trabajo temporal, sin seguir ningún control, en auténticos despidos colectivos encubiertos. Ninguna empresa ha aceptado hasta el momento complementar el salario en caso de ERTE, ni otras medidas imprescindibles para no perjudicar a las personas afectadas.
Sin hacer bandera de nada, queremos manifestar nuestro agradecimiento a todas las secciones sindicales, delegadas y delegadas, que siguen exigiendo que se tomen todas las medidas necesarias, mientras están informándose y formándose sobre las acciones que vendrán las próximas semanas para poder informar a las trabajadoras de la mejor manera posible. Dicho de otro modo, sabemos que después de lo principal, proteger nuestra salud frente al Coronavirus, vendrá una avalancha de ERTEs, y modificaciones de las condiciones de trabajo, para las que nos estamos preparando.
Finalizamos como empezábamos, denunciando a los patrones de las empresas de telemarketing que, de manera general, no están a la altura de las circunstancias. Han protegido su ánimo de lucro, sus beneficios, exponiendo a las teleoperadoras y sus familias, a contagiar y ser contagiadas por el COVID-19 y desaprovechando a un personal que, desde su domicilio, podría haber ofrecido a la sociedad una atención personal a millones de personas. Mucho ánimo y fuerza a todas las trabajadoras que se están poniendo en riesgo permanente. Todas y todos juntos saldremos de esta y pondremos donde corresponde a quien ha vuelto a despreciar esta profesión.
Deja tu Comentario